Visitar la Medina de Fez es hacer un viaje en el tiempo. Pero como dicen en Marruecos “prisa mata, amigo” así que antes de contarte qué ver en Fez te voy a poner en situación.
Fez es la más antigua de las ciudades imperiales marroquíes (las otras son Marrakech, Rabat y Meknes) y se la considera como la capital cultural y espiritual del país.
Está formada por dos barrios: Fez el-Jedid, la zona nueva donde se encuentra el barrio judío; y Fez el-Bali, el centro histórico que queda delimitado por la muralla y que le ha valido la declaración de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Y es precisamente aquí, en Fez el-Bali o la medina, donde se centra nuestro viaje.
¿QUÉ VER EN FEZ?
Poner un pie en la medina de Fez es como retroceder 500 o 600 años en el tiempo. Lo primero que te encuentras es una serie de estrechos y tortuosos callejones que por más que lo intentes es imposible saber hacia dónde conducen. Da igual si tu sentido de la orientación es excelente o si llevas cien mapas: tarde o temprano te vas a perder por la medina de Fez.
Y esto hasta cierto punto tiene su gracia (aquí puedes leer la historia de un tal Carlos y una tal Cristina, los «arrecogidos» de Fez) porque aunque no te van a faltar cosas interesantes por el camino, es posible que te pierdas muchas otras.
Como la famosa curtiduría Chouwara, la más extensa de las cuatro curtidurías tradicionales de Fez y más difícil de encontrar que una aguja en un pajar. Porque para poder contemplarla en toda su magnitud hay que subir hasta la terraza de los edificios que la rodean y que suelen ser tiendas de productos fabricados con piel.
Lo primero que llama la atención es que antes de subir te entregan unas ramitas de menta, así que mientras subes las escaleras puedes ir haciéndote a la idea de cómo tiene que oler aquello.

Y es que una curtiduría tradicional que se precie tiene que emplear los mismos métodos que hace 600 años, es decir, primero se introducen pieles de cordero, vaca, cabra o camello en cubas llenas de cal y cacas de paloma (¡primera pista!) y después de unos días se pasan a otras cubas con tintes naturales donde adquieren su color.
Una vez secas son los artesanos marroquineros quienes las transforman en bolsos, cazadoras, botas y casi todo lo que puedas imaginar (y que intentarán venderte a la salida)

En honor a la verdad hay que decir que cuando fuimos nosotros había estado lloviendo y hacía fresco, con lo que no olía demasiado mal. Aunque si el mal olor te espanta imagina lo que tienen que soportar a diario los curtidores de pieles. Un oficio duro donde los haya.

Y hablando de retroceder en el tiempo, si hay un lugar que debes marcarte a fuego cuando visites Fez es el zoco de la calle Talaa Kebira. Laberíntica, bulliciosa, caótica, sorprendente…olvida todo lo que has visto anteriormente porque esto es otro mundo.

Un lugar en el que las calles son tan estrechas y tortuosas que la única forma de transportar las mercancías es mediante carros, mulas y burros…algunos tan conocidos como Ronaldinho. Posiblemente el burro más famoso de todo Fez.


Un lugar en el que los oficios tradicionales no sobreviven a duras penas ni tienen ningún interés en modernizarse…





Un lugar en el que los olores a especias y hierbas aromáticas te traspasan, en el que los puestos de comida son un regalo para los sentidos, y otros son tan impactantes como esta carnicería de carne de camello.

Un lugar en el que la gente local todavía te invita a sentarte con ellos y a tomar un té con menta con una sonrisa; y en el que los comerciantes sólo necesitan dejar un palo cruzado en el umbral de sus tiendas para saber que nadie va a entrar mientras se van a rezar.
Un lugar en el que la gente todavía viste a la antigua usanza y conserva sus tradiciones

Un lugar en el que los comerciantes, artesanos, compradores, viandantes, gatos, burros, gallinas e incluso alguna oveja comparten el reducido espacio en un delicioso desorden.


Un lugar en el que los sonidos de un mercado se mezclan con la llamada a la oración que inunda todo.

Un lugar donde poder encontrar lámparas maravillosas, teteras, baratijas, especias, alfombras, babuchas, hilos de seda, dátiles, carne de camello, dulces, hierbas aromáticas y cientos de productos que parecen sacados de los cuentos de las Mil y una noches…



En definitiva, un lugar para perderse y encontrarse, para observar, para probar, para sorprenderse y para dejarse atrapar…¿Es o no la Medina lo mejor que ver en Fez?
¿YA SABES QUÉ VER EN FEZ?
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Hola Cristina, me puedes dejar el contacto de Mariam… estaré alli el lunes 12 de Noviembre.
Gracias.
¡Hola Sandra!
Muchas gracias y disculpa porque estaban todos los comentarios pendientes de moderación 🙂
Te mando el contacto a tu email
¡Un saludo!
Hola Cristina!!!!!!!!!!
Lo primero darte las gracias por ponerme en contacto con Marian, que nos ofreció una de las mejores rutas culturales que he hecho. Fantástico!!!! una persona increíble y con una cabeza muy bien amueblada que ojalá las personas que tienen las riendas de gobernar este fantástico país, coincidieran con sus ideas. Soy Tito y acabo de venir de hacer un fantástico viaje por Marruecos acompañado de mi hija que nos ha dejado alucinados. No era la primera vez que viajaba a estas benditas tierras, pero si acompañado por mi hija y ha resultado increíble. Lo recomiendo!!!!!! todo bien, sin ningún problema de ningún tipo. Gracias por todo!!!!!!
BESOS
Tito
¡¡Hola Tito!!
¡No hay de qué, me alegro mucho de que hayáis vuelto tan contentos!
Yo con Marian aprendí un montón, tiene una mentalidad muy abierta y se me derribaron muchos mitos del mundo musulmán
Gracias por contarme vuestra experiencia 🙂
¡Un abrazo!