Edimburgo forma parte de esa lista de ciudades encantadoras que a veces pasan desapercibidas en favor de las grandes capitales europeas, pero que dejan una huella imborrable en el viajero. Lo más importante que ver en Edimburgo es la Old Town y la New Town.
Son dos ciudades en una que ofrecen un llamativo contraste: la Ciudad Vieja, fundada en la Edad Media, se alza sobre un peñasco volcánico; a sus pies se extiende la Ciudad Nueva, un ambicioso proyecto urbanístico creado entre los siglos XVIII y XIX.
¿QUÉ VER EN EDIMBURGO? DESCUBRE LOS ENIGMAS DE LA OLD TOWN
Nuestro primer día en Edimburgo lo dedicaríamos a sumergirnos en el corazón de la ciudad, la Old Town, y descubrir los entresijos que esconden sus calles, plazas y edificios, cubiertos por una pátina de leyendas e historia.

Edimburgo, al igual que Roma, también es la ciudad de las siete colinas. Tres de ellas, Castle Rock, Arthur´s Seat y Calton Hill, se levantan en el centro de la ciudad ofreciendo espectaculares panorámicas.
Tal vez la más célebre sea Castle Rock, un peñasco de origen volcánico sobre el que se asienta el Castillo de Edimburgo y a cuyos pies desciende suavemente la calle más famosa de Edimburgo: la Royal Mile.

Con sus casi 2 km de longitud, la Royal Mile es el eje que divide la Old Town, en cuyos extremos se encuentran el pasado y el presente de la monarquía de Edimburgo: el viejo Castillo de Edimburgo y el Palacio de Holyroodhouse.
Perpendiculares a la Royal Mile, se abren numerosos callejones llamados closes o wynds. Para que te hagas una idea visual, la distribución es similar a una raspa de pescado.
Otra cosa que llama la atención al pasear por la Old Town es la altura de sus edificios. Sí, edificios de hasta ocho plantas que no encajan muy bien con la imagen que tenemos de una ciudad medieval. Pero esto tiene una explicación, y es que en el siglo XV Edimburgo era una ciudad amurallada y superpoblada, con lo que al no poder crecer en anchura se vio obligada a crecer en altura, dando como resultado una particular Manhattan medieval.
Otro de los problemas a los que se enfrentaba la ciudad en esa época era la falta de saneamientos. Al estar superpoblada las condiciones higiénicas no eran suficientes y se originaron numerosas epidemias como la peste, que diezmaron a la población.
Los deshechos se lanzaban por la ventana dos veces al día al grito de ¡¡gardez-loo!! y ésto, junto al olor que desprendían las incontables chimeneas de la ciudad, hizo que Edimburgo se ganara el apodo de “Auld Reekie”, “la vieja humeante” o “la vieja chimenea”. Como podrás imaginar la vida en aquella época no era muy agradable que digamos…
Puestos en antecedentes comenzamos nuestra visita tomando como punto de partida el puente de North Bridge. Desde allí llegamos a la Royal Mile, cuyo tramo inferior, la Canongate, desemboca en las ruinas de la abadía de Holyrood y el adyacente Palacio de Holyroodhouse.

Cuenta la leyenda que David I se cayó de su caballo durante una cacería y fue atacado por un ciervo. Para defenderse se agarró de los cuernos y vio que éste sostenía un crucifijo. En agradecimiento, fundó la abadía de Holyrood (Cruz Sagrada) en 1128, y otorgó a los canónigos el derecho de fundar su propio municipio, Canongate.
Actualmente es la residencia oficial de la reina Isabel II en Escocia, aunque también acogió entre sus muros a reyes y reinas escoceses como Jacobo I y María Estuardo. Un palacio que a lo largo de la historia ha sido escenario de intrigas, amores e incluso asesinatos.
Abre todos los días del año excepto en las visitas reales. Abre de 9:30 a 18:00 del 26 de marzo al 31 de octubre, y de 9:30 a 16:30 del 1 de noviembre al 25 de marzo (última entrada una hora antes del cierre)
Precio 12£ (adultos).
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Este tramo también alberga lugares interesantes como el moderno (y polémico) edificio del Parlamento escocés, el Museo de Historia Popular y la iglesia de Canongate, pero sobre todo esos callejones o closes encantadores, que a veces conducen a una placita escondida y otras a un romántico jardín con vistas, como el caso de Dunbar´s close.

Otro close que bien merece una visita es el White Horse close, que conduce a un curioso patio de vecinos en el que las plantas crecen en los zapatos 😉 Descubrir estos closes es de las mejores cosas que ver en Edimburgo.


Retrocedemos sobre nuestros pasos y enfilamos calle arriba hasta un cruce que antes nos había pasado desapercibido. Se trata del lugar por el que pasaba la muralla medieval, marcando los límites de la ciudad.
Es fácilmente reconocible porque allí hay un pub llamado The World´s end (el fin del mundo), tal vez haciendo alusión a lo que los antiguos habitantes creían que había tras los seguros muros de Edimburgo.

Seguimos subiendo la Royal Mile hasta llegar al tramo de la High street. A mano izquierda sobresale la catedral de St. Giles, junto a una placita con una curiosa historia (te la cuento en las leyendas de Edimburgo 😉 )
La catedral de St Giles es la tercera iglesia construida sobre la original del siglo IX. Durante el convulso periodo de la Reforma, católicos y protestantes se sucedieron en el control de la iglesia hasta que en 1560 John Knox, enfrentado a la católica reina María Estuardo, se consagró como pastor presbiteriano de la misma.
Pero como tantos lugares en Edimburgo, la catedral de St. Giles también esconde una historia, y es que cuando el decano cambió el libro de oraciones para rezar en favor de Carlos I, una feligresa llamada Jenny Geddes se dio cuenta y le lanzó una silla a la cabeza. Éste se la devolvió, y así empezó una pelea en la que las sillas volaban por todas partes, hecho que dio comienzo a la guerra de los Obispos.
Merece la pena dar una vuelta por el interior, no sólo para contemplar la belleza de sus vidrieras, sino para admirar la Capilla del Cardo o Thistle Chapel ¿Te animas a buscar 3 ángeles muy especiales? Dicen que trae suerte encontrarlos, y como no podía ser de otra manera en Escocia…llevan gaita.

La catedral de St Giles abre todos los días del año excepto el 25 de diciembre a partir de las 11:30, el 26 de diciembre, el 1 de enero y el 2 de enero.
Se puede visitar los domingos de 13:00 a 17:00, sábados de 9:00 a 17:00, y el resto de días de 9:00 a 17:00 (de octubre a abril) y de 9:00 a 19:00 de mayo a septiembre.
La entrada es gratuita aunque se aceptan donaciones, y para hacer fotos en el interior hay que pagar 2£
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A lo largo de todo el recorrido por la Old Town íbamos encontrando curiosos pubs como el de Deacon Brodie, pintorescas tiendas, coquetas cafeterías y sobre todo las omnipresentes tiendas de recuerdos en las que no puede faltar el whisky ni los cuadros escoceses.
Precisamente, muy cerca del castillo se encuentra The Scotch Whisky Experience, una tienda-museo que ilustra el proceso de fabricación de la llamada “agua de la vida” en la que no podía faltar la degustación.
Pero nosotros nos desviamos antes, concretamente por la calle Geroge IV Bridge a la altura de la estatua del filósofo David Hume. Como tantas otras estatuas del mundo que tienen partes desgastadas por el continuo roce, en el caso del señor Hume se le ha sacado brillo a su dedo gordo del pie, y es que según manda la tradición tocarlo trae buena suerte a los estudiantes.

En la George IV Bridge se ubica la Biblioteca, el Museo Nacional de Escocia y The Elephant House, la cafetería que ningún fan de Harry Potter debería perderse. Al final de la calle, enfrente del Museo Nacional, se levanta una estatua en honor a un perrito muy especial, Greyfriars Bobby. Justo detrás, un pub que lleva su nombre marca la entrada al célebre cementerio de Greyfriars.

A pesar de las connotaciones negativas que tienen los cementerios, el de Greyfriars es un sitio imprescindible que ver en Edimburgo. No sólo por sus historias y leyendas, sino porque es fotogénico como pocos.
Con sus lápidas invadidas por el musgo y sus increíbles vistas a la Old Town y al castillo de Edimburgo, tiene incluso un punto de romanticismo y misticismo que ni a la mismísima J.K Rowling le pasó desapercibido. Además, ¿en qué otro lugar las lápidas están incrustadas en las paredes de las casas como si fuera lo más normal del mundo?


Dejamos atrás el cementerio de Greyfriars y salimos por la puerta que desemboca en la Grassmarket. En esta encantadora plaza se encuentran algunos pubs cuyos nombres nos dan pistas sobre la función que tenía antiguamente, y es que era el lugar en el que se celebraban las ejecuciones públicas.
The Last Drop era la taberna a la que iban los condenados a tomar su última bebida, y la de Maggie Dickson…bueno, ésta sí que tiene una historia interesante detrás.

En la Grassmarket nace la que en nuestra opinión es la calle más bonita y pintoresca de Edimburgo: Victoria Street.

Esta calle en curva que termina en la Royal Mile, es como un estallido de color en medio de los grises muros de Edimburgo. Está construida en dos niveles, uno inferior que alberga curiosas tiendas, y una terraza superior que da acceso a la Royal Mile.

Allí se puede encontrar entre otras una singular librería, una tienda de quesos, otra de antigüedades, e incluso un local que asa un cerdo al día y cuando se acaba cierra. Está bien probarlo como curiosidad, pero no esperes alta gastronomía.

No olvides subir al nivel superior. Tanto si quieres degustar una cerveza en alguno de sus pubs como si no, desde allí hay una de las mejores vistas del .

De nuevo nos encontramos en la Royal Mile pero en el tramo de la Lawnmarket. Un poco más abajo se encuentra la que fue casa de John Knox, y edificio más antiguo de Edimburgo.
Junto a ella se abre el callejón de Lady Stair´s close, que conduce a un pintoresco patio que alberga el Museo de los Escritores. Y es que no hay que olvidar que Edimburgo ha visto nacer a grandes escritores como Robert Burns (que hasta tiene una fiesta nacional), Walter Scott y Robert Louis Stevenson.

Son las 14:00 de la tarde y ponemos rumbo al símbolo de Edimburgo, el buque insignia de la ciudad que se encarama orgulloso a su peñasco volcánico desde el que observa la Old Town a sus pies. Como habrás adivinado, se trata del Castillo de Edimburgo.

Nada más llegar nos encontramos con la explanada que sirve de escenario para celebrar el Military Tattoo, el evento más popular del Festival de Edimburgo, y junto a la puerta de entrada las estatuas de Robert Bruce y William Wallace nos dan la bienvenida.

Al cruzar la puerta del rastrillo que nos traslada a la época medieval, nos encontramos con una ciudadela que alberga diferentes edificios como el Museo Nacional de la Guerra, la prisión y el Memorial de la Guerra entre otros. En este nivel se encuentra el cañón que se dispara todos los días a las 13:00 excepto los domingos y que ya forma parte de la historia de Edimburgo.

En nuestra opinión lo más interesante se encuentra en el recinto superior. Allí se puede ver la capilla de Santa Margarita, un pequeño edificio que tiene el honor de ser la construcción más antigua del castillo e incluso de Edimburgo, y el Palacio Real.

Aquí se encuentran los aposentos reales y la cámara en la que María Estuardo trajo al mundo a Jacobo VI, primer rey de Escocia e Inglaterra.
Pero quizás lo más interesante sean las joyas de la corona (Honours of Scotland), compuestas por la corona, el cetro, la espada…y la Piedra del Destino, un bloque de arenisca envuelto en la leyenda y que ha protagonizado las coronaciones de los reyes de Escocia e incluso un robo de película.
Como no podía ser menos, el Castillo de Edimburgo también escode una buena ración de leyendas, como la de la Cena Negra y la del gaitero solitario. Lo que es indudable es que las vistas desde el castillo son inmejorables, la New Town, la Old Town, Calton Hill…e incluso se puede ver el mar en días despejados. Sin duda algo imprescindible que ver en Edimburgo.

El Castillo de Edimburgo abre todos los días de 9:30 a 17:00 (de octubre a marzo) y de 9:30 a 18:00 (de abril a septiembre). La última entrada es una hora antes del cierre y se tarda como mínimo 2 horas en verlo.
El precio es de 16,50£ (adultos) y audioguía 3,50£. Un poco caro en nuestra opinión, aunque ninguna visita a Edimburgo estaría completa sin ver su castillo.
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Otro lugar que ver en Edimburgo y que merece mucho la pena es el Museo Nacional de Escocia. Este edificio inaugurado en 1866, tiene 7 niveles que exponen colecciones bastante heterogéneas. En la primera planta se encuentra la gran galería, un amplio espacio en el que relajarse entre sala y sala.

En un lateral está la zona llamada Mundo Natural, dedicada al espacio, especies en peligro de extinción y evolución de la Tierra y la naturaleza. Esta zona nos sorprendió bastante por el realismo de los animales, por el esqueleto del Tyrannosaurus rex, y porque aprendimos alguna que otra cosa interesante sobre el mundo animal. Si vas con niños les encantará esta parte.

En varias salas adyacentes llamadas Culturas del mundo, se muestran desde objetos cotidianos hasta magníficas representaciones artísticas de varias culturas. No pierdas detalle de las prendas esquimales, la orfebrería turca o los sorprendentes ataúdes africanos haciendo alusión al oficio de su dueño.
Finalmente, en el extremo opuesto a la gran galería hay varias plantas dedicadas a la historia de Escocia, desde los primeros pobladores hasta la Revolución Industrial y los tiempos modernos, pasando por la Edad Media y el Renacimiento.
No te pierdas el Ajedrez de la isla de Lewis, se cree que fue fabricado en Noruega y se trata de uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes y enigmáticos de Escocia.

Mucha gente que visita el museo desconoce que desde la terraza se disfruta de una estupenda panorámica de Edimburgo. Nosotros tuvimos la mala suerte de encontrarla cerrada, pero las vistas desde las ventanas prometían.
El Museo Nacional de Escocia abre todos los días de 10:00 a 17:00 (excepto el 25 de diciembre). Los días 26 de diciembre y 1 de enero abre de 12:00 a 17:00.
La entrada es gratuita.
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¿QUÉ VER EN EDIMBURGO? MAPA DE RUTA POR LA OLD TOWN

CONSEJOS PARA VISITAR LA OLD TOWN
- Si quieres exprimir tu visita al máximo y conocer de primera mano las muchas historias y leyendas que esconde Edimburgo, lo mejor es hacer una visita guiada. Es recomendable hacerla el primer día, tanto para contextualizar la ciudad como para ubicarte y poder recorrerla posteriormente a tu aire. Nosotros la hicimos con Sandemans New Edimbugh, y aunque nos habíamos informado de estas visitas antes de ir, no estábamos muy convencidos hasta que nos la recomendaron en el alojamiento y fue un acierto.
El free tour o “tour gratuito” en español, tiene lugar todos los días a las 10:00, 11:00 y 14:00 en el Starbucks de la Royal Mile. Aunque te la anuncian como visita gratis, en realidad se paga la voluntad al guía en función de lo que te haya parecido el tour.
Ésta y otras empresas también ofertan los famosos tours de fantasmas, visitas guiadas al Castillo de Edimburgo e incluso salidas por pubs. Estos tours sí que tienen un precio fijado. Al igual que leímos muchas opiniones en foros recomendando el free tour, las opiniones sobre los tours de fantasmas eran bastante diversas, así que no nos animamos a hacerlo.
El que sí que hicimos, y recomendamos totalmente, es la visita guiada por los callejones subterráneos de la Old Town y que oferta la empresa The real Mary King´s close.
El precio es de 11,25£ (adultos) y dura 1 hora aproximadamente. Hay visitas en español y conviene reservar con varios días de antelación (se puede hacer por internet). Aunque no es un tour de fantasmas, sí que es una oportunidad para conocer una parte importante de la historia de Edimburgo y entender mejor la ciudad ¡Ojo, no es recomendable para claustrofóbicos!
- Algo imprescindible que ver en Edimburgo y que hace única a esta ciudad son sus callejones o closes. Aunque algunos son privados, no dudes en entrar a todos los que puedas. ¡Te llevarás más de una sorpresa!

- Muchas iglesias de Edimburgo como la Tron Kirk (al lado del Starbucks) o The Hub (fácilmente reconocible por su torre puntiaguda) albergan restaurantes o cafeterías. No dejes de echar un vistazo al sorprendente contraste entre lo sagrado y lo profano.

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- Día 1: ¿Qué ver en Edimburgo? La Old Town
- Día 2: ¿Más cosas que ver en Edimburgo? La New Town
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- Consejos para viajar a Edimburgo (información práctica, alojamientos…)
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¡Cómo me gusta tu manera de contar las cosas! Estuve en Edimburgo el verano pasado y es como si volviera. Lo que siento es no haberte descubierto antes, porque veo que hay cosas que me perdí. Muchas gracias.
¡Hola Teresa!
¡Muchas gracias por tu comentario! Leer cosas así te alegran el día 🙂
Nunca es tarde si la dicha es buena…además siempre nos quedan cosas por conocer cuando visitamos una ciudad de primeras, será para que nos pique el gusanillo de volver, jeje
¡Un saludo!
Me encanta tu relato de Edimburgo! Me voy en unos días y me será muy útil!
¡Muchas gracias Olivia!
Me alegra que te sea útil. Disfruta de la preciosa Edimburgo y no dudes en preguntarme lo que sea 😉
¡Un saludo!
¡Hola Cristina!
Muy buen resumen de la Old Town de Edimburgo, la verdad que parece que no te has dejado nada!
Por añadir, decir que en Edimburgo aparte del «free tour» de la ciudad que hiciste, hay más free tours de fantasmas también (y con buenos comentarios).
El nuestro de Blubale (https://blubale.com/edimburgo/) tiene 5 estrellas de media, por si lo quieres dejar para la próxima visita en Edimburgo 🙂
Un saludo!
¡Hola Jean!
Me lo apunto porque me encanta Edimburgo y me encantan los fantasmas jeje
Seguro que a más de un lector le interesa 🙂
¡Un saludo!
Muchas gracias Cristina Ibáñez, Edimburgo y tu nombre estarán en mi corazón desde este momento.
¡Muchas gracias Pedro por tus bonitas palabras! 🙂 🙂