Cuando caminas por la medina de Fez te das cuenta de la importancia de las puertas. Son las únicas vías de entrada a la antigua ciudad amurallada, y su nivel de refinamiento y ornamentación nos da muchas pistas sobre qué o quién se oculta tras ellas.

Ya lo dice el dicho: “la casa del moro es por fuera de barro y por dentro de oro”, así que en una medina laberíntica en la que exteriormente todas sus casas parecen iguales, las puertas simbolizan el nivel de riqueza de sus inquilinos.
Si nos fijamos bien, las puertas nos cuentan más cosas de las que creemos.
NO TE PIERDAS LAS PUERTAS MÁS IMPRESIONANTES DE LA MEDINA
Como no podía ser de otra manera, empezamos por la principal y más bella puerta de entrada a la medina de Fez: Bab Bou Jeloud.

Su decoración a base de azulejos azulados le ha valido el nombre de “la Puerta Azul”, aunque sólo exteriormente, porque si la cruzas y la miras nuevamente verás que los azulejos son verdes. No pienses que estos colores se han elegido al azar: el azul simboliza la ciudad de Fez y el verde al islam.

Y no sólo eso, sino que la Puerta Azul marca una especie de frontera invisible entre el Fez moderno y el Fez medieval. Cruzarla significa adentrarse en una laberíntica medina de más de 9.000 callejuelas y callejones por los que el tiempo parece haberse detenido. Las calles Talaa Kebira (cuesta grande) y Talaa Seghira (cuesta pequeña) conforman uno de los mercados o zocos más fascinantes del mundo. La Medina es el sitio imprescindible que ver en Fez.
Nada más empezar a bajar por la Talaa Kebira nos encontramos a mano derecha con un minarete. Pertenece a la madraza Bou Inania, erigida por los benimerines en el siglo XIV.
¿Y qué es una madraza? Pues la madraza o medersa es una institución cultural y religiosa, o escuela coránica. Vamos, que es una combinación de escuela, mezquita y residencia de estudiantes.
A las madrazas de Fez siempre se las ha considerado las más prestigiosas de Marruecos, y la de Bou Inania en concreto es una de las más importantes. Además se permite la entrada a los no musulmanes.

Frente a la madraza Bou Inania se eleva la Dar el-Magna o la Casa del Reloj, una curiosa construcción del año 1357 que contiene un antiguo reloj de agua.

Y justo allí, en uno de esos estrechísimos callejones tan característicos de Fez, se encuentra la casa de Maimónides. Un médico, filósofo, teólogo y rabino judío nacido en Córdoba, pero que vivió 5 años en Fez antes de ser obligado a exiliarse a Egipto.

Pero es al final de la calle Talaa Kebira donde se concentran la mayoría de monumentos importantes de Fez. Como la fuente y el fondac El-Nejjarine, un antiguo caravansar o “fonda” que daba cobijo y comida a las caravanas de comerciantes de artículos de lujo que llegaban a Fez. Hoy en día alberga el Musée du Bois (Museo de Artes de Madera) y está declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Muy cerca de allí se encuentra la zaouia o mausoleo de Mulay Idriss II. La vas a reconocer enseguida porque tiene una de las puertas más suntuosamente decoradas de Fez. No en vano allí se encuentra la tumba de Mulay Idriss II, el fundador de la ciudad, y hoy en día se ha convertido en el santuario más venerado del país y centro de peregrinación.

Lamentablemente no está permitida la entrada a los no musulmanes, pero asómate para ver un pedacito de este edificio que podría rivalizar en belleza con la mismísima Alhambra. Ver este lugar es algo que todo el mundo tendría que hacer en Fez.

La mezquita Karaouiyine, con su inconfundible tejado verde esmeralda, tiene solera. Fundada en el año 859, esta mezquita, universidad y biblioteca es una de las más antiguas e ilustres del mundo árabe occidental. Por allí pasaron sabios de la talla de Averroes o Abenjaldún, y actualmente también es la sede de la universidad de Fez.
Como curiosidad ¿sabías que el número “0” lo inventaron los árabes? Pues aunque parece una tontería este invento fue un gran avance, y además salió justo de aquí.

La mezquita Karaouiyine también está cerrada a los no musulmanes, pero no dudes en asomar la cabeza y mirar a la derecha…¡Hay un mini-patio de los Leones como el de la Alhambra!
Al lado de la mezquita Karaouiyine se encuentra un edificio que sí está abierto para los no musulmanes y que bien se merece una visita: se trata de la madraza El-Attarine.

También llamada madraza de los especieros por encontrarse en el zoco del mismo nombre (zoco El-Attarine), es la escuela coránica más bellamente decorada de Fez, y sólo hay que echar un ojo a su patio para darse cuenta de tal afirmación.
Terminamos nuestro recorrido por Fez-el-Bali con la Mezquita Andaluza, situada en el barrio Andaluz. Si te estás preguntando si aquí realmente vivieron andaluces la respuesta es sí. Y es que según cuenta la leyenda esta mezquita fue fundada por Mariam el-Fihri, una mujer bastante religiosa, y por los andaluces que vivían allí.

Pero aquí no termina nuestra ruta por las puertas más bellas de Fez. Cambiamos de tercio y nos vamos al barrio de Fed-el-Jedid (Fez la Nueva) para admirar las puertas más fotografiadas de Fez y las que salen en todas las guías de Marruecos: nada más ni nada menos que las puertas del Palacio Real de Fez.

Este extenso complejo palaciego fue residencia del sultán y su corte y actualmente es una de las residencias habituales del rey. Y digo una porque resulta que el rey de Marruecos cambia de “vivienda” cada pocos meses, motivo por el cual tiene un palacio en todas las ciudades importantes de Marruecos y por lo que está cerrado al público aunque el rey no esté en casa. Esto sí que es vivir “a cuerpo de rey”

Otro de los lugares que no te puedes perder en Fed-el-Jedid es el Mellah o barrio judío. Lo reconocerás porque la arquitectura cambia totalmente (de hecho dicen que recuerda mucho a las casas de Lima) y por la gran cantidad de joyerías (en su días los judíos eran los únicos autorizados a trabajar el oro y la plata).

¿Quieres un truco fácil para distinguir un barrio judío de uno musulmán? Pues la clave está en los balcones, que en las casas judías miran hacia el exterior y en las musulmanas hacia el interior.

Un paseo por el pequeño barrio judío de Fez no te dejará indiferente. No olvides visitar la Sinagoga Danan así como el cementerio judío.

¿MÁS COSAS QUE HACER EN FEZ?
Fez es el centro cultural y espiritual de Marruecos, y está declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco por la gran cantidad de edificios religiosos que contiene, aunque lamentablemente para los no musulmanes muchos no pueden ser visitados. Así que para salir de dudas ficha los que permiten la entrada a no musulmanes y recuerda… ¡no dudes en asomarte al resto!
¿Qué sitios de Fez SÍ permiten la entrada a no musulmanes? ✅
- Madraza El-Attarine
- Fondac el-Nejjarine y Musée du Bois (Museo de Artes de Madera)
- Madraza Bou Inania
- Madraza El-Cherratine
- Musée Dar el-Batha
- Curtidurías
- Tumbas benimerines
- Musée de Armes
- Mellah o Barrio judío (sinagoga Danan y cementerio judío)
¿Qué sitios de Fez NO permiten la entrada a no musulmanes? ❌
- Mausoleo de Mulay Idriss II
- Mezquita Andaluza
- Mezquita Karaouiyine
- Palacio Real (cerrado al público en general)
- Mezquita Ech Cherabliyine (Mezquita de los Babucheros)
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