A las afueras de Kioto se encuentra un santuario escondido en las colinas boscosas del sagrado Monte Inari, famoso por sus senderos flanqueados por miles de toriis o puertas rojas que se internan en la montaña. No sólo es el lugar de culto a la diosa Inari más importante de todo Japón, sino que también ha sido el escenario de Memorias de una Geisha. Como habrás adivinado se trata de Fushimi Inari-Taisha.
¿POR QUÉ TIENES QUE VER EL SANTUARIO FUSHIMI INARI-TAISHA?
En el siglo VIII la familia Hata dedicó este santuario a Inari, la diosa del arroz, que históricamente se ha asociado a la riqueza. Los comerciantes y artesanos rendían culto a Inari para obtener prosperidad en sus negocios, a cambio de ofrecerle donaciones en forma de barriles de sake y toriis.
El santuario Fushimi Inari-Taisha se encuentra en el sureste de Kioto, pero muy bien comunicado mediante la línea de tren JR Nara (de hecho muchas personas aprovechan para visitar ambos el mismo día). En nuestro caso, cogeríamos un tren desde la estación más cercana a nuestro alojamiento, la Nijo Station, que en unos 15 minutos nos dejaría en Inari Station, a las puertas del santuario.
El santuario abre desde el amanecer, así que cuando llegamos poco antes de las 9 de la mañana no había demasiada gente todavía, pero se notaba que los visitantes empezaban a llegar. Lo primero que vimos al salir de la estación fue un enorme torii rojo dando la bienvenida a los visitantes e indicándonos que nos encontrábamos en un santuario sintoísta.

Al cruzarlo nos encontramos con la puerta Romon, donada en 1589 por el líder Toyotomi Hideyoshi y custodiada por dos estatuas de zorros, los mensajeros de Inari. El zorro de la izquierda aparece representado con una llave en la boca, que simboliza la llave del granero donde se guarda el arroz.

Antes de cruzar la puerta, nos encontramos con la omnipresente pileta de agua con cacitos para que los visitantes se purifiquen antes de entrar a un lugar sagrado, así que una vez más cumplimos con los ritos y al mismo tiempo aprovechamos para refrescarnos, que en días calurosos de agradece.

Dejando atrás el Honden o edificio principal del santuario, empezamos a internarnos por la montaña, descubriendo santuarios menores de un intenso rojo que contrastaba con el verdor de la vegetación.
Otro de los elementos que no pueden faltar en cualquier santuario sintoísta son unas cuerdas de paja llamadas shimenawa sobre las que cuelgan tiras de papel en zigzag y que sirven para marcar el límite de lo sagrado.

Pero a medida que subíamos escalinatas del Fushimi Inari-Taisha sólo teníamos una idea en mente, encontrar ese lugar tantas veces visto en fotos y que ya se ha convertido en otro de los símbolos de Japón: los dos caminos paralelos cubiertos por toriis llamados Senbon Torii, “las miles de puertas torii”

Las torii son donaciones que particulares y compañías han hecho a lo largo de los siglos a la diosa Inari. Detrás se puede ver el nombre del donante así como la fecha de la donación.
Estas puertas se encuentran por toda la montaña formando senderos, pero en este lugar son especiales por su antigüedad y porque están tan cerca las unas de las otras que casi no dejan ver el cielo, haciendo que la luz que se cuela por sus rendijas de al camino una atmósfera casi irreal.

Seguramente te suene esta imagen, tal vez te venga a la memoria una niña corriendo bajo los toriis, y es que aquí se grabó una famosa escena de la película Memorias de una Geisha (de hecho dicen que es la única parte que se rodó en Japón y que el resto se rodó en un estudio de Los Ángeles). Si no has visto la película te la recomiendo, aunque sin duda me quedo con la novela de Arthur Golden 😉
Al salir del Senbon Torii nos detuvimos en un nuevo santuario en el que la gente hacía sus ofrendas lanzando una moneda y haciendo sonar el cascabel para reclamar la atención de Inari o de sus mensajeros los zorros, y que sus plegarias fueran escuchadas.

A nuestra izquierda daba comienzo un nuevo camino de toriis, más grandes y más separados entre sí, que cada vez se internaba más es la montaña. A medida que subíamos los senderos se hacían más empinados y la cantidad de visitantes iba disminuyendo, haciendo que en algunos tramos nos encontrásemos prácticamente a solas con los sonidos de la naturaleza.

Cuando llevábamos un buen rato subiendo, el camino se despejaba dejando a la vista un pequeño lago entre la vegetación.

A su alrededor, pequeños santuarios invadidos por el musgo se diferenciaban unos de otros por las toriis que marcaban el inicio del espacio sagrado. Es sus altares, custodiados por zorros de piedra, había ofrendas como comida, toriis en miniatura y otros objetos que no pudimos identificar. Nos dio la sensación de que no muchos turistas llegaban hasta allí, siendo un lugar reservado a los devotos.



Antes de llegar a la cima del Fushimi Inari-Taisha el camino se bifurca, así que nosotros tomamos el de nuestra izquierda para iniciar el descenso.
En esa parte las puertas rojas habían desaparecido por completo, pero en compensación íbamos descubriendo multitud de pequeños santuarios, a cual más encantador, en los que la gente hacía sus ofrendas. En algunos casos tan sorprendentes como este “ejército” de pequeños zorritos vestidos con kimono.


Un poco más abajo aparecía un nuevo santuario dedicado a un animal que hasta el momento no habíamos visto: la rana. Y allí sentados, mientras nos refrescábamos un poco, pudimos observar como un señor se detenía unos instantes delante de una rana con el respeto de quién se encuentra ante algo sagrado, para terminar tocándola y haciéndole una leve inclinación de cabeza en señal de respeto.

Una vez más volvía a sorprenderme con ese mundo fascinante que constituye la religión en Japón. Y no sería la última.
El santuario Fushimi Inari-Taisha abre todos los días del año desde el amanecer hasta el anochecer.
La entrada es gratis.
Llegando a la salida del santuario Fushimi Inari-Taisha se pueden encontrar algunos puestos de comida que ofrecen especialidades locales como el shushi Inari o el kitsune udon, fideos que llevan el nombre de los zorros (kitsune) y que llevan tofu frito, el que según dicen es el alimento favorito de los zorros.
De camino a la estación aprovechamos para picar unas deliciosas brochetas de pollo a la brasa por 500¥ cada una, y para comprar algunos recuerdos como una pequeña geisha de madera y un gato de la suerte japonés (ojo, en contra de lo que mucha gente cree, el gato con la patita levantada es de origen japonés, no chino)
En la estación de Inari volvimos a coger el tren de la línea JR Nara pero hasta Kyoto Station. Una vez allí, cogimos el autobús 206 hasta Gion, punto de partida de la bulliciosa Shijo-dori o avenida Shijo. Estamos en el centro de Kioto, un barrio en el que no te puedes perder el castillo Nijo y otras sorpresas que te contaré el el próximo post 😉
¿QUIERES VISITAR FUSHIMI INARI-TAISHA?
ESTO TE PUEDE INTERESAR 👌🏻
🛏 Busca el alojamiento más barato y más chulo de Kioto AQUÍ
📷 Reserva las mejores excursiones y visitas guiadas en Kioto AQUÍ
🚗 Reserva los traslados al aeropuerto AQUÍ ¡Y no te compliques la vida!
🏥 5% de descuento en tu seguro de viajes con cobertura frente al COVID-19 AQUÍ
📱 5% de descuento en tu tarjeta SIM para tener llamadas en internet en todo momento AQUÍ
👉🏻 ¡No te pierdas nuestra guía de viaje a Japón en 15 días!
- Curiosidades de Japón: los efectos secundarios
- ¿Qué ver en Kioto? La zona este: el templo Kiyomizudera – Higashiyama – Gion
- El norte de Kioto: el templo Kinkakuji – Ryoanji – bosque de bambú de Arashiyama
- Qué ver en Nara, la ciudad de los ciervos
- Fushimi Inari-Taisha, el santuario de las mil puertas
- Lo mejor del centro de Kioto: el castillo Nijo – Pontocho – mercado Nishiki
- El castillo de Himeji: ¡No verás otro igual en Japón!
- Qué ver en Miyajima, la isla más especial de Japón
- ¿Qué ver en Hiroshima?La zona cero
- ¿Qué hacer en Kobe a parte de comer carne de Kobe?
- La increíble experiencia de alojarse en un templo budista en Koyasan
- ¿Qué ver en Kanazawa?
- Qué ver en Shirakawago, una aldea tradicional en el corazón de los Alpes Japoneses
- ¿Qué ver en Kamakura?Una excursión imprescindible desde Tokio
- Los barrios más chulos que ver en Tokio: Harajuku – Akihabara – Shinjuku – Shibuya
- Asakusa y Odaiba, 2 barrios de Tokio para viajar en el tiempo
- La magia de Tokyo Disneyland
- Información y consejos para planificar tu viaje a Japón
- Guía de alojamientos en Japón
- ¿Qué hacer en Japón? 10 momentazos que deberías vivir
Muy interesante el artículo para aquellos que vamos a ir en breve a conocer Kyoto. Me sería de gran ayuda si alguien nos pudiera hablar de las restricciones a la hora de reportajes fotográficos vestidos de novios. Queremos hacer allí la post-boda en octubre, pero nos da miedo que nos prohiban la entrada al vernos vestido de tal forma. SI alguien nos pudiera informar de este o cualquier otro monasterio o santuario seria de agradecer… Un saludo.
¡Hola María, bienvenida!
Siento no poder ayudarte mucho con ese tema. Yo creo que no habría problema, pero sería bueno asegurarse primero. En la web de Japan Guide (http://www.japan-guide.com/e/e3915.html) viene la página oficial del santuario pero en japonés. Sólo he podido sacar en claro el teléfono y el fax:
TEL(075)641-7331
FAX(075)642-2153
Te puedo decir que Fushimi Inari-Taisha abre todos los días del año a cualquier hora y que la entrada es gratis. Los templos budistas sí tienen horario de apertura y hay que pagar entrada (al menos los que vimos nosotros)
A ver si algún lector te puede echar un cable con el tema, pero en cualquier caso no te preocupes porque vayáis donde vayáis os van a quedar unas fotos ESPECTACULARES (se me ocurre el bosque de bambú de Arashiyama 😉 )
Un saludo y…¡enhorabuena!
Fushimi inari es uno de los santuarios de Kyoto más interesantes … la escalada con el torii es agotadora, pero vale la pena el esfuerzo … mucha gente, pero en los días laborables uno camina bien.
Es fascinante saber que hay más de 40 mil santuarios Inari en todo Japón y Fushimi es el origen de todos.
¡Así es Pablo!
Es un lugar que nadie debería perderse cuando visite Kioto. Para mi es uno de los lugares más chulos de Japón 😉
¡Un saludo!