Si usted tiene pensado viajar al país del sol naciente, debe saber que Japón crea adicción, y que a su regreso puede experimentar numerosos efectos secundarios. curiosidades de Japón
Lea detenidamente las instrucciones de este país y en caso de duda consulte con su asesor de viajes.
COMPOSICIÓN DEL VIAJE: 50% tradición, 50% modernidad
DESCRIPCIÓN DETALLADA: templos y santuarios, budismo, sintoismo, tradiciones ancestrales, jardines que rozan la perfección, geishas, toriis, ciervos, castillos, samuráis, onsen, ryokanes, sushi, carne de Kobe, amabilidad y simpatía, reverencias, limpieza, orden escrupuloso, trenes bala, ciudades futuristas y frikadas varias.
EFECTOS SECUNDARIOS:
- Tendencia a dar las gracias y acompañarlo de una reverencia. Esperará que los demás también lo hagan.
- Dejará de experimentar el efecto somnífero en el transporte público. Estudios recientes han demostrado que los transportes japoneses producen un efecto de relajación inmediato que además es contagioso. Recuerde que sólo los japoneses tienen la capacidad de dormirse profundamente mientras miran el móvil y despertarse justo en su parada.
- Volverá a recordar para qué sirve un tenedor.
- Su ciudad le parecerá demasiado silenciosa, ya no escuchará musiquita de videojuegos en las tiendas, estaciones y supermercados.
- El váter le parecerá un artilugio simple y obsoleto, y echará en falta las comodidades de los retretes japoneses: tapa que se abre sola, taza caliente, chorritos de agua de intensidad y temperatura regulables, e incluso música para disimular ruidos indecorosos. Entre tanta tecnología lo difícil es encontrar el botón para tirar de la cadena.
- Le parecerá extraño no ver gatos gigantes, hello kities, conejos y toda clase simpáticos animales por todas partes.
- Coger un taxi no será como retroceder en el tiempo. Echará de menos esos asientos forrados de ganchillo y a los taxistas conduciendo con sus impecables guantes blancos.
- Tendencia a colocarse en una fila ordenada antes de subir a un transporte público y a entrar por la puerta trasera del autobús. Le extrañará que el conductor no anuncie las paradas por un pinganillo y mirará el reloj compulsivamente cuando un transporte se retrase más de 2 minutos.
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Correctísimo,
Y yo añadiría el efecto secundario de ir al super de nuevo y ya no poder elegir entre dos mil tipos de bebidas distintas (a cada cual más llamativa) perdiendo la sorpresa del sabor que vas a descubrir. Efecto secundario que ya he sufrido.
¡Totalmente de acuerdo!
La emoción de comprar una bebida con un perro azul en la etiqueta y descubrir a qué sabe…
😉
Gracias por tu comentario
Quiero ir
Yo te animo mucho a ir…pero cuidado con el SEPJ o Síndrome de Estrés Post Japón 😀 😀 ¡No se libra casi nadie y sólo se cura volviendo!
olvidas el efecto secundario más importante… TE MUERES POR VOLVER!! LLORAS por volver…
y el viaje en tren al aeropuerto para el retorno.. se hace eterno: te ponés a inventar pretextos y dices: «una vez en casa buscaré como volver y quedarme»…. y quieres llevar a tus amigos y seres queridos para que compartan tu felicidad!!
¡Sí señor Mario!
¿¿Pero que tiene Japón que no nos hemos ido y ya queremos volver?? Eso que describes se llama japonismo crónico , y la cura es..¡volver!
Si, pero… en Japón hace falta la comida – deliciosa – mexicana. Seria mejor una combinación de los países… seria un país perfecto.
Japón mola, pero también añoraríamos cosas de nuestros países…yo por ejemplo no podría vivir sin gazpacho, jamón serrano, tortilla de patata…y mira que me gusta la comida japonesa ?
Un saludo
Sí, a mi me ha pasado que me espero el semáforo rojo aunque no pasen carros (cosa que no pasa en México), hago reverencia cuando agradezco y por nada del mundo me tatuaría jaja para cuando regrese a ese bello país pueda ir un onsen.
¡Es verdad Fernando!
Te confieso que a mí los primeros días alguna que otra reverencia se me escapó…y la gente me miraba con cara rara, jaja
Saludos