CONOCER BRUSELAS EN NAVIDAD…
Unos inesperados días de vacaciones 3 semanas antes de navidad, fueron la excusa perfecta para sacar de nuevo la maleta y lanzarnos a conocer otro rincón del planeta. En este caso sólo disponíamos de 4 días, tiempo más que suficiente para hacer una escapada por alguna capital europea. Las gélidas temperaturas invernales no iban a ser impedimento para disfrutar, una vez más, del ambiente navideño del que hacen gala las ciudades del centro de Europa. Y ver Bruselas en Navidad prometía.
Además ¿qué Bélgica es famosa por su chocolate, sus gofres y su cerveza? Pues no se hable más, que allá vamos.
Nuestro viaje no sólo se centraría en la capital, Bruselas; sino que aprovechando la buena conexión ferroviaria, nos desplazaríamos hasta ciudades como Brujas y Gante, que junto con Amberes, Lovaina y Malinas componen la histórica región de Flandes.
Sin más planificación que lo vuelos y el hotel, nos lanzamos a conocer un nuevo país.
¡Flandes nos esperaba a la vuelta de la esquina!
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- Bruselas en Navidad
- Qué hacer en Bruselas: lo que deberías probar
- ¿Qué ver en Gante?
- Qué ver en Brujas para volver embrujado
Para una adicta a los viajes como yo, pasar un 1 de enero subida a un avión es la mejor manera de empezar el año, y quién sabe si el augurio de un año lleno de aventuras.
Nuestro vuelo de Air Europa aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Bruselas, Zaventem sobre las 17:30h. Como llevábamos equipaje de mano no perdimos tiempo y nos dirigimos rápidamente a la estación de trenes, que se encuentra en la planta baja de la terminal (nivel -1, está perfectamente indicado). Desde allí salen trenes cada 15-20 minutos que conectan con las Estaciones Central, Norte y Sur (Gare Centrale, Gare du Nord y Gare du Midi) y también con ciudades como Gante, Brujas y Amberes entre otras.
Después de sacar nuestros billetes hasta la Estación Central, localizamos rápidamente el andén y nos subimos a un tren un tanto destartalado que en unos 20 minutos nos dejaría en el mismo centro histórico de la capital belga; cómodo y rápido.
Pero si pensábamos que una vez en Bruselas, localizar nuestro hotel iba a ser pan comido, estábamos bastante equivocados. Y no lo digo porque el hotel quedara lejos de allí, sino porque la dichosa estación tiene salida a varias calles y por más vueltas que dábamos no conseguíamos encontrar la nuestra.
Debo decir a nuestro favor que ya era de noche y había poca gente en la calle para preguntar, excepto otros viajeros que arrastraban maletas, y que a juzgar por las vueltas que daban estaban tanto o más perdidos que nosotros. Echémosle la culpa a la bofetada de frío que nos golpeó nada más poner un pie en la calle y nos congeló el sentido de la orientación…
Finalmente “pillamos por banda” a un belga poco hablador que con un rápido levantamiento del dedo índice nos indicó la dirección a seguir. Algo es algo, y al menos conseguimos salir de esa estación que más bien parecía un agujero negro atrapa-viajeros…
Una vez localizada la calle que andábamos buscando, mi GPS interno se puso en marcha, y mapa en mano llegamos al hotel en apenas 10 minutos.
En esta ocasión no me atrevo a recomendaros el hotel en el que nos alojamos, el Atlas Hotel. Y no porque nos disgustara, al contrario, ya que es un hotel correcto y muy céntrico, sino porque estoy segura de que reservando con más antelación podréis encontrar opciones más económicas.
Eso sí, merece la pena alojarse en los alrededores de la Grand Place porque es el corazón de Bruselas, y porque caminando se llega fácilmente a todos los lugares de interés, incluso a la Estación Central 😉
Aprovechando que pasábamos por una de las calles más comerciales, la Rue du Marché aux Herbes, hicimos una parada técnica en un comercio para comprarme unos guantes. Y es que con temperaturas que rozaban los cero grados, los comercios hacían su “agosto” vendiendo gorros, guantes y bufandas. Era el precio a pagar por conocer Bruselas en Navidad.
Una vez nos registramos en el hotel fuimos caminando hacia la Grand Place. De camino nos encontramos el edificio de La Bourse o La Bolsa, perfectamente iluminado a esas horas.

Se notaba que era un día festivo, y es que las calles, comercios y restaurantes estaban a rebosar de gente. Los mercadillos navideños atraían a turistas y locales que se agolpaban delante de las casitas de madera para ver los productos que ofrecían, o para tomar un gofre o bebida caliente tan necesaria a esas horas.
Nosotros aprovechamos para cenar algo en un Pizza-Hut mientras hacíamos tiempo hasta las 22:00, cita ineludible para ver el último pase del día del espectáculo de luz y sonido de la Grand Place.
Unos minutos antes ya nos fuimos acercando a la Grand Place, siempre guiados por la inconfundible torre del Ayuntamiento. Caminábamos distraídos mirando los tentadores escaparates de las chocolaterías, cuando de repente, al final de la calle, se descubrió ante nosotros la que dicen es la más bella plaza de Europa.

Y razón no les falta, porque los edificios de la Grand Place, con sus estilos barroco y neogótico, compiten para atraer las miradas de los visitantes, que no saben hacia dónde enfocar sus cámaras para capturar toda la belleza del conjunto. Sin duda había merecido la pena visitar Bruselas en Navidad.
En esas estábamos, y aún no nos había dado tiempo a cerrar la boca, cuando se hizo el silencio y empezó a sonar la música.
La magia comenzaba…

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He estado en esta capital europea y visité lo que se comenta en estas líneas. Me gustó mucho esta ciudad y es muy cierto que merece la pena visitarse en fechas navideñas. No menos cierto es el frío que hace pero definitivamente merece la pena debido en gran parte a la ambientación de toda la ciudad: puestos, tiendas, ferias, espectáculos …
Me ha sorprendido que se explica y detalla tanto lo que te puedes encontrar como las sensaciones que puedes percibir, perfectamente explicado. enhorabuena y no lo dejes, un gran descubrimiento esté bloc.
Gracias!
Muchas gracias a tí por dejar un comentario, !y además los estrenas!
Es verdad que el frío puede parecer un impedimento para viajar en navidad, pero nada que no solucionen unas buenas prendas térmicas…
Cada estación tiene su encanto.
Me alegra que te guste,
un saludo
Hola Cris, encantada de encontrar tu blog. Me ha encantado leer tu post sobre Bruselas/Flandes, es una escapada que también hicimos nosotros hace apenas 3 meses, y lo has descrito perfectamente :). La última la semana pasada nos fuimos a Nápoles, y hemos venido encantados.
Próximamente queremos viajar a Fez y estaba viendo la forma de localizar un guía de fiar. Porque aunque mi chico y yo solemos hacer muchas escapadas y siempre vamos por libre, para aprovechar mejor el tiempo no hay como un guía que te lleve a tiro hecho. Y más en estas ciudades que son tan distintas a las nuestras europeas a las que estamos acostumbrados.
Serías tan amable de decirme como puedo ponerme en contacto con el guía que tuvisteis en Fez.
Muchas gracias y un saludo
Teresa
¡Hola Teresa!
Y yo encantada de que me hayas encontrado y me escribas 😉
No te preocupes que ahora te paso el teléfono de Marian para que le mandes un whatsapp. Nosotros también vamos por libre casi siempre, pero como dices hay veces que tienes menos tiempo o que la ciudad es un poco caótica para recorrer por libre, así que merece la pena invertir en una visita guiada.
¡Ya me contarás que tal la experiencia!
¡Un saludo!